De chatbot a asistente de compras: ChatGPT cambia las reglas del juego
Lo que comenzó como una IA para responder preguntas y escribir textos ahora está rompiendo esquemas en el comercio electrónico. ChatGPT, esa misma IA que te ayuda a hacer tareas o redactar mails pasivo-agresivos, ahora también te recomienda qué comprar, dónde hacerlo y por qué ese producto es mejor que el otro. Y no es cualquier recomendación, brodi. No es el típico algoritmo que te muestra lo que más comisión le deja a una tienda, no. Acá hablamos de una experiencia personalizada, directa y sin humo.
OpenAI está metiendo esta función de shopping directamente en ChatGPT. Y aunque parezca una simple herramienta de búsqueda, en realidad es un golazo en contra de dos titanes: Google y Amazon. Primero se metió en el territorio de los motores de búsqueda con respuestas directas, y ahora le está mordiendo el mercado al ecommerce más grande del mundo.
¿Cómo funciona esta locura?
ChatGPT ahora puede recomendarte productos basándose en tus preferencias, estilo, presupuesto y hasta contexto. ¿Estás buscando una laptop para diseño gráfico y que no se queme con Photoshop? Te lo encuentra. ¿Unas botas veganas que no parezcan sacadas de una tienda medieval? También. Y no solo eso: lo hace con referencias de reseñas reales, foros, comparativas y experiencias de usuarios que han probado el producto. Nada de rankings inflados por publicidad ni resultados patrocinados.
Además, la experiencia es totalmente conversacional. No hace falta saber qué palabras clave poner ni pelearse con filtros infinitos. Solo le hablas como a un pana que sabe de todo: «bro, necesito un celular que tenga buena cámara y aguante dos días de batería», y te lanza opciones detalladas con explicaciones que tienen más sentido que muchas reseñas técnicas en YouTube.
Amazon, Google y los afiliados… todos mirando con cara de “¿y ahora qué?”
Aquí es donde el drama se pone sabroso. Porque los sitios que viven del marketing de afiliados, que hacen guías de compra tipo “los 7 mejores ventiladores del año”, ya están viendo peligrar su modelo. ¿Por qué? Porque ChatGPT está haciendo eso mismo, pero en segundos, sin clics extra, sin anuncios, y con respuestas más personalizadas.
Amazon también está sudando. Ellos controlan gran parte del tráfico de compras online gracias a sus recomendaciones internas, reseñas y posicionamiento de productos. Pero si ahora un chatbot puede decirte que esa licuadora de otra tienda es más barata, mejor valorada y encima más bonita, ¿por qué vas a confiar ciegamente en Amazon?
Y Google… bueno, Google lleva rato viendo cómo ChatGPT le quita el primer lugar como oráculo digital. Ahora que además le está quitando el terreno de las búsquedas con intención de compra, la cosa se pone peor. Google Shopping se basa en campañas pagas, palabras clave, anuncios. ChatGPT simplemente conversa contigo, te entiende, y te lanza lo que necesitas sin publicidad en la cara.
¿Y cómo ganará dinero OpenAI?
Ese es el punto interesante. Por ahora, no hay anuncios. Pero tampoco son ONG. El plan de OpenAI podría ser cobrar por recomendaciones premium, integrar enlaces de afiliados con comisiones más justas o incluso asociarse con tiendas que no paguen por aparecer, sino por ofrecer el mejor producto. Sería un modelo donde el mérito reemplaza al billete como factor de visibilidad. O al menos eso suena en teoría.
Lo cierto es que con este movimiento, OpenAI no solo está remodelando cómo aprendemos o escribimos. Ahora también nos está diciendo qué comprar, por qué comprarlo y dónde conseguirlo, todo en el mismo lugar y sin trampas. Y mientras tanto, las grandes plataformas están viendo cómo una IA amigable pero afilada les está comiendo el mandado.