Las Raspberry Pi son dispositivos de última generación que tienen el tamaño de una tarjeta de crédito y cuentan con una gran variedad de características interesantes. Los dispositivos que forman parte de esta serie ya han protagonizado muchos experimentos científicos. Ahora, los avances tecnológicos han hecho posible incluso que los diminutos aparatos sean útiles fuera de los confines del planeta.
La Fundación Raspberry Pi, la organización que desarrolló los miniordenadores, ha enviado varias unidades Astro Pi a la Estación Espacial Internacional (ISS). Además de proporcionar a los astronautas la oportunidad de realizar proyectos científicos únicos en microgravedad, este proyecto ha sido un gran éxito.
El Astro Pi se envía a la Estación Espacial Internacional como parte del programa educativo «Mission Zero», cuyo objetivo es que los niños participen en proyectos científicos en la estación espacial. La NASA, por su parte, puede llevar a cabo una serie de experimentos que no habrían sido posibles si no se hubieran puesto a su disposición los miniordenadores.
Según el sitio web ReviewGeek, la Fundación Raspberry Pi ha comenzado a enviar un nuevo lote de Astro Pis, que le permitirá ampliar y profundizar su colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA).
El kit de hardware actualizado incluye ahora una Raspberry Pi 4 Modelo B con 8 GB de RAM, que antes no estaba disponible. La cámara de alta calidad Raspberry Pi, el acelerador de aprendizaje automático Google Coral y el sensor infrarrojo pasivo son algunos de los componentes adicionales. Giroscopios, acelerómetros, magnetómetros, así como sensores de humedad y temperatura se incluirán en las configuraciones de los dispositivos. También se prevé utilizar carcasas de aluminio, cámaras de 5 mm y pantallas LED, así como otras innovaciones.
Gracias a estas mejoras, los astronautas de la Estación Espacial Internacional podrán realizar una serie de experimentos totalmente nuevos en la estación. Es interesante señalar que, desde el primer envío, más de 54 mil niños de 26 países diferentes han participado en el desarrollo del código que alimenta los ordenadores Raspberry Pi.
Los participantes en la Misión Cero realizan un breve curso de codificación de 60 minutos y luego tienen la oportunidad de enviar un mensaje a la Estación Espacial Internacional.