Google no quiere quedarse atrás
En el mundo de la inteligencia artificial, el juego es rápido, despiadado y carísimo. Google lo sabe. Por eso, en lugar de seguir viendo cómo ChatGPT se lleva toda la gloria, ha decidido subirse los pantalones y entrar al terreno con todo: su carta más fuerte se llama Gemini, un asistente virtual vitaminado que planea colarse hasta en la cafetera de tu casa si hace falta.
Gemini no es solo una app bonita con respuestas rápidas. Es el intento de Google por clavar la bandera en el mundo de la IA generativa. Y cuando decimos «intento», nos referimos a una operación a gran escala donde Google está literalmente tirando la billetera para que nadie use otra cosa que no sea su nuevo niño mimado. Si tienes un Android, un coche con sistema operativo de Google, un reloj inteligente o incluso si usas Gmail… prepárate, porque Gemini viene a decirte “hola”.
Preinstalado hasta en el microondas
La estrategia de Google para difundir Gemini no es particularmente sutil. Han firmado acuerdos jugosos con fabricantes como Samsung para que venga preinstalado como el asistente por defecto en los teléfonos. Sí, eso significa que si te compras un móvil nuevo, es muy probable que ya venga con Gemini diciendo “¿En qué te puedo ayudar hoy?” antes de que hayas terminado de ponerle la funda.
Esta movida recuerda mucho a cuando Google pagaba miles de millones para ser el buscador por defecto en Safari. Pero esta vez no se trata de búsquedas, sino de asistentes IA. Gemini será el nuevo copiloto de Android, desplazando a otros sistemas como el olvidado Bixby y hasta al viejo Asistente de Google.
Usuarios, usuarios y más usuarios
Desde que Google comenzó esta expansión agresiva, los números de usuarios activos de Gemini han subido como espuma. Aunque aún no ha alcanzado las cifras monstruosas de ChatGPT, ya son cientos de millones los que lo tienen disponible, al menos en teoría. El truco está en que, aunque venga preinstalado, no todo el mundo lo usa de forma consciente o frecuente. Pero en los informes internos, usuario preinstalado cuenta como usuario potencial, y Google lo sabe.
Lo cierto es que tener a Gemini integrado en el ecosistema de servicios de Google le da una ventaja competitiva tremenda. Está en Gmail, en Docs, en Maps, y puede ayudarte a redactar un correo, sugerirte rutas más eficientes o incluso resumirte una reunión que no quieres atender. Y claro, a la hora de venderlo a empresas, eso pesa.
Google le mete esteroides a su IA
En paralelo a esta invasión de dispositivos, Google no ha dejado de mejorar la potencia y habilidades de Gemini. El asistente ahora puede generar imágenes, hacer resúmenes complejos, analizar documentos y hasta ayudarte a escribir código. Pero lo que realmente quiere Google es que uses Gemini para todo. Que no abras otra pestaña, que no te vayas a ChatGPT, que no preguntes a Copilot. Que la IA que usas a diario sea suya, con su logo, su sistema y su acceso a tus datos, por supuesto.
Es una estrategia de dominación suave. No es que te obliguen… pero si todo lo que ya usas tiene a Gemini incorporado, y si funciona más o menos bien, ¿para qué buscar otra cosa?
Un empujoncito legal (y algunos empujones de más)
La táctica de preinstalar Gemini y convertirlo en opción por defecto no ha pasado desapercibida para los organismos reguladores. Ya hay rumores de que los tribunales antimonopolio le están echando un ojo a estos movimientos, que recuerdan demasiado a los viejos tiempos del Internet Explorer forzado en Windows.
Pero Google parece dispuesto a asumir el riesgo. El objetivo no es solo competir con OpenAI: es asegurarse de que Gemini esté en todas partes antes de que los competidores puedan plantar bandera. Es la típica lógica Silicon Valley de «muévete rápido y rompe cosas», solo que ahora lo están haciendo con miles de millones de dólares y bajo el escrutinio del mundo entero.
¿Será suficiente para derrotar a ChatGPT?
Gemini tiene recursos, integración y presencia. Pero le falta una cosa: amor del público. ChatGPT ya es un nombre familiar, el “Kleenex” de las IAs. Google necesita que la gente no solo use Gemini porque vino en su teléfono, sino porque quieren usarlo. Y esa es la parte difícil.
Por ahora, la pelea sigue. Y Google, con su billetera abierta y su ejército de dispositivos, no piensa ceder ni un centímetro.